A una nariz
De Wikipedia, la enciclopedia libre
[editar] Sobre la obra
A una nariz es la genial obra satírica de Don Francisco de Quevedo parodiando al oscurantista Luis de Góngora. El soneto dice así:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado, 5
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto, 10
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
El soneto contiene catorce versos de once sílabas: dos cuartetos (o serventesios) y dos tercetos:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11
Érase_un hombre_a_una nariz pe-gado,
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11
érase_una nariz superla-tiva,
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11
érase_una nariz sayón y_escriba,
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11
érase_un peje_espada muy barbado.
La rima es absolutamente perfecta, consonante, con el esquema ABBA ABBA CDC DCD:
Érase un hombre a una nariz pegado, A
érase una nariz superlativa, B
érase una nariz sayón y escriba, B
érase un peje espada muy barbado. A
Era un reloj de sol mal encarado, A
érase una alquitara pensativa, B
érase un elefante boca arriba, B
era Ovidio Nasón más narizado. A
Érase un espolón de una galera, C
érase una pirámide de Egito, D
las doce Tribus de narices era. C
Érase un naricísimo infinito, D
muchísimo nariz, nariz tan fiera C
que en la cara de Anás fuera delito. D